La evaluación en el Nivel Inicial se concibe procesual, globalizadora y participativa,
Acorde con las características de la experiencia educativa que se promueve.
Procesual, porque la evaluación da seguimiento a los procesos que se desarrollan en cada niño o niña tendientes a potenciar sus capacidades por medio de aprendizajes significativos.
Este énfasis en el proceso contrasta con la atención a los resultados que ha sido tradicional en el quehacer educativo en general y el procedimiento de evaluación en particular. Los resultados son tomados en cuenta, pero no de modo exclusivo o importantizados por sobre los demás aspectos de la experiencia educativa.
Otra forma de asumir lo procesal en la evaluación es en lo que se refiere a la observación permanente del desarrollo de las actividades, de modo de ir estableciendo los cambios y adecuaciones que se requieran.
La evaluación en el Nivel es globalizadora porque toma en cuenta necesidades, intereses, experiencias, motivaciones, así como procedimientos, materiales, informaciones, que aparecen muy ligados en la experiencia educativa de este Nivel, debido a las características totalizadoras o sincréticas del pensamiento infantil.
Se asume participativa, porque tomará en cuenta la perspectiva de los alumnos y las alumnas en el sentido de valorar el desarrollo de sus potencialidades y capacidades, tanto como valorar el manejo de informaciones, aprendizaje de conceptos, uso de procedimientos y asunción de valores y actitudes. También, porque ellos y ellas tomarán parte en el proceso mismo, valorándose a sí mismos o mismas y a sus compañeros y compañeras.
CRITERIOS PARA LA EVALUACIÓN
En el Nivel Inicial se asume un proceso de evaluación redimensionado sobre la base de criterios de participación democrática, criticidad, creatividad, justicia, en articulación con el proceso educativo. Estos criterios fundamentan en el Nivel el qué, para qué, cómo, cuándo y con qué evaluar.
¿Para qué evaluar?
En el Nivel Inicial, y desde esta perspectiva procesual en el marco de una estrategia globalizadora, se evalúa para obtener informaciones articuladas que posibiliten una valoración justa y fundamentada acerca del proceso que desarrolla cada niño o niña.
La información analizada, reflexionada y correlacionada contribuye a la toma de decisiones oportunas para mejorar la calidad del proceso educativo en relación al niño o la niña del Nivel.
De igual modo, la toma de decisiones abarca todos los componentes del proceso, posibilitando adecuaciones, revisiones y reflexiones desde la práctica educativa, que como proceso dinámico está sujeta a la evaluación crítica constante.
¿Qué evaluar?
El niño o la niña. En el Nivel Inicial se evalúa todo cuanto el niño o la niña experimenta y hace. Se tiene en cuenta qué hace, cómo hace, para qué lo hace, con qué, con quién o quienes, cómo se ha sentido, cuáles estrategias creó o inventó, qué opina de la actividad, cuáles cambios propone, qué cambios se han experimentado, cómo se involucra en las actividades; su modo de actuar, cómo puso en juego sus conocimientos previos para la obtención de sus nuevos aprendizajes, qué tipos de relaciones establece con los materiales, las personas, el entorno.
Desde esta perspectiva se da un seguimiento a los logros y dificultades en un proceso continuo y articulado.
La educadora o el educador. En el proceso de evaluación tanto la educadora o el educador, a partir de sus intervenciones pedagógicas intencionales, evalúa constantemente su práctica, teniendo presente que también es sujeto en permanente proceso de construcción y crecimiento.
En ese proceso de evaluación y autoevaluación la educadora o el educador reflexionan acerca de su práctica educativa, de sus modos de intervención pedagógica, tanto a nivel de la participación durante la realización de las actividades, como de sus intenciones al diseñar ambientes adecuados, crear y readecuar materiales y equipos, así como de la concepción misma de evaluación que asume.
La evaluación es participativa también porque los alumnos y las alumnas llevan a cabo procedimientos de auto-evaluación y co-evaluación.
En este Nivel, la evaluación educativa es inherente al proceso educativo, donde la observación permanente en el desarrollo de las diferentes actividades constituye un elemento fundamental para ir estableciendo en el proceso los cambios y adecuaciones que se demandan.
Los materiales. En el Nivel Inicial los materiales tienen gran importancia. Estos se evalúan en relación a su pertinencia, significativita y posibilidades desde las múltiples relaciones que el niño o la niña del Nivel establece con ellos, teniendo presente los aportes que hace el contexto en este sentido.
Su adecuación, seguridad e higiene son, entre otros, aspectos considerados para la evaluación.
El ambiente. Los ambientes y espacios, desde los contextos en que se desarrolla la experiencia educativa en el Nivel, inciden significativamente en el proceso de construcción de conocimiento de cada niño o niña.
Los diferentes contextos socioculturales ofrecen variadas posibilidades para el desarrollo de experiencias lúdico-creativas1 siempre que se creen las condiciones básicas requeridas que garanticen un proceso de calidad.
Por le tanto, se evalúa críticamente para adecuarlo constantemente a las exigencias de los niños y niñas del Nivel.
¿Cómo evaluar?
Para llevar a cabo el proceso de evaluación es importante tener muy en cuenta el modo en que ésta se realiza, ya que los procedimientos que se emplean, el diseño de los ambientes, los materiales, los instrumentos, la actitud de la educadora o el educador, la actitud de los niños y las niñas, entre otros factores, repercuten y se manifiestan en el proceso de evaluación.
El clima afectivo en el cual se lleva a cabo este proceso es fundamental, pues incide en las expectativas que sobre sí mismo o misma tiene el niño o la niña del Nivel. Desde esta perspectiva, la evaluación es un proceso humanizado.
Las condiciones para llevar a cabo la evaluación han de estar concebidas del modo más natural posible, de acuerdo al ambiente educativo cotidiano, para que conduzcan al establecimiento de relaciones sanas para un proceso de evaluación en la perspectiva del crecimiento de todos y todas.
La evaluación se orienta desde la confianza, seguridad y entusiasmo compartido, ya que en el Nivel Inicial es una labor cooperativa.
Toma en cuenta las potencialidades iniciales, así como los esfuerzos realizados en el proceso de autoafirmación, realización y desarrollo de acciones tendientes a promover capacidades en un tiempo y espacio dinámico y determinado.
¿Cuándo evaluar?
Desde esta perspectiva de proceso, la evaluación en el Nivel puede realizarse en cualquier momento en que se considere oportuno. Este carácter de continuidad hace que en el Nivel la evaluación de proceso sea parte de la práctica educativa cotidiana.
Se diseñan estrategias diversificadas para obtener información que sirva de base para un diagnóstico inicial de cada niño o niña, como punto de partida para orientar su proceso posterior. De esta manera se pueden adoptar medidas pertinentes y retroalimentar el proceso educativo a través de la evaluación sistemática.
¿Con qué evaluar?
En el Nivel Inicial se toman en cuenta medios, instrumentos y procedimientos variados, acorde a las exigencias propias del proceso. Entre estos tenemos:
Observaciones sistemáticas
• Escalas de observaciones
• Registros anecdóticos
• Diarios
• Listas de control o de cotejo
• Escalas de valoración
Análisis de las producciones de ¡os niños y de las niñas
• Juegos de simulación y dramatización
• Expresión corporal
• Producciones plásticas y visuales
• Producciones orales
Intermedios orales con los niños y las niñas.
• Diálogos
• Entrevistas
• Puestas en común